... Y Cruz Campos nos embolla
Transportes Cruz Campos es una empresa que cuenta con la concesión exclusiva de la ruta de bus Universidad de Costa Rica - Alajuela, desde hace ya bastantes años; al menos más de 25. Para los estudiantes alajuelenses de la UCR, los 'buses de Cruz' son un ícono manudo casi como la casa de Pollo Macho.
Los buses de Cruz son fáciles de identificar. Son unos buses traídos de Brasil inusualmente largos en tamaño, tales que les caben unos 75 pasajeros sentados, y de pie... los que el chofer logre meter a punta de mentonazo de madre, digamos unos 30 pasajeros de pie siendo conservadores, o sea, más de 100 estudiantes por bus por hora pico, y si salen dos o tres buses a estas horas, unos 300 estudiantes por 'carrera'. Obviamente a los pasajeros de pie se les cobra igual que a los sentados, no vaya a ser que la UCR exija un trato adecuado y equitativo para sus estudiantes... pa-ra na-da.
A partir del lunes anterior, la tarifa aumentó un 30%, y en términos absolutos, ¢95. Si suponemos que un estudiante regular que tiene papás buena gente, recibe algo de harina por mes, podría percibir unos ¢75.000/mes de ingresos. Exclúyase aquí la cantidad cada vez más grande de estudiantes ex alumnos de colegio-privado-'pipi', que podrían recibir el doble o más, sino es que sus papás les regalaron el carro y el muy sobante año sabático cuando se graduaron del colegio.
¢95 por viaje son ¢190 por día que son ¢950 por semana que son unos ¢4100 por mes adicionales en transporte en autobús. Eso equivale a tres-cuatro almuerzos
-- exclúyase ir al Mall San Pedro --, como 4-6 cuadernos, o dos antologías, o un libro, o cuatro Olafos en Caccio's. Pero más que eso, representa un aumento del 5% del gasto... y la mesada seguirá siendo la misma por un año o más. Aunque 5% suene poco, en términos económicos un aumento de 5% así de golpe, literalmente de un día para el otro, no es normal ni natural ni tiene sentido económico. Los aumentos del gasto siempre, ¡siempre!, deben ser graduales.
Los aumentos tarifarios deben ser del orden del 5% a 10% anual para que logren calzar adecuadamente con el aumento general de los precios del consumidor, no del 30% -- y no crean que este sería el único aumento del año --. En el ambiente actual de tasas de interés y tipo de cambio a la baja, se espera una reducción de la tasa de crecimiento de los precios que, en buena teoría y aunque no sea tan buena, se traducirían en una mejoría de la prostituida inflación y del esquema de precios del país, incluídos los precios del pase del bus, todos estos indicadores que la UCR debería tomar en cuenta a la hora de asignar tarifas.
Si lo notan, los aumentos de las tarifas de buses públicos son de ese orden --5%-10% -- cada 12 a 18 meses, y a cambio del aumento se exigen -- actos de corrupción aparte -- pruebas de inversión en las unidades automotrices. Claramente la UCR, para la que sus estudiantes de a pie no son tan importantes -- pero sí tienen cerca de 6 oficiales de tránsito cuidando el parqué de vehículos particulares de los funcionarios de la U y los estudiantes de platilla --, no parece exigir estas pruebas de inversión. Los buses de Cruz, lean bien, los usó mi mamá cuando fue a la U. Pregúntenle a cualquier alajuelense en sus veintes, que haya tenido papá estudiante, y probablemente se los confirmará que el 'Valencia', bus icónico de esta empresa, fue el bus que ellos usaron casi a diario... y que todavía es usado por la empresa. No pocos amigos míos, con más de diez, quince años de viajar a la U, han utilizado las mismas 'latas' que yo y que probablemente las generaciones por venir utilizarán. ¿Inversión? ¿Cuál?
¿Dónde está encerrado el gato detrás de este usurero aumento? ¿Por qué no se le exige a estas empresas una inversión básica de mantenimiento y renovación de unidades? Lo peor, ¿por qué la representación estudiantil calla? Ante este abusivo aumento, he escuchado de no pocas voces y no pocas veces que el miedo a reclamar se explica por el miedo al retiro de la concesión transportista y por ende, a la no asignación de una nueva y la obligatoriedad de tomar el transporte público, aumentando de por sí el costo de viaje.
No reclamar no tiene sentido, ¿o se va a permitir la histórica aturusada por parte de Cruz Campos? Afortunadamente tomo sólo una vez a la semana este servicio, lo cual no me niega el derecho al berreo, pues sería como no poder opinar por el aumento de la gasolina sólo porque no trabajo en la bolsa neoyorquina, la ARESEP o RECOPE.
Yo sinceramente espero que se de el reclamo de parte de la representación estudiantil debidamente establecida. También espero que las tarifas de buses se corrijan a la baja porque el gran aumento del precio del combustible no ha sido tal. También espero que la concesión a Cruz Campos se retire por ineficiencia en inversión, porque ni que esto fuera Hong Kong o el Canal de Panamá para estar concesionado por años sin término. Los estudiantes universitarios merecen al menos un precio justo, y al menos buses en los cuales ir sentado y no poner en riesgo la vida... y la billetera.
Los buses de Cruz son fáciles de identificar. Son unos buses traídos de Brasil inusualmente largos en tamaño, tales que les caben unos 75 pasajeros sentados, y de pie... los que el chofer logre meter a punta de mentonazo de madre, digamos unos 30 pasajeros de pie siendo conservadores, o sea, más de 100 estudiantes por bus por hora pico, y si salen dos o tres buses a estas horas, unos 300 estudiantes por 'carrera'. Obviamente a los pasajeros de pie se les cobra igual que a los sentados, no vaya a ser que la UCR exija un trato adecuado y equitativo para sus estudiantes... pa-ra na-da.
A partir del lunes anterior, la tarifa aumentó un 30%, y en términos absolutos, ¢95. Si suponemos que un estudiante regular que tiene papás buena gente, recibe algo de harina por mes, podría percibir unos ¢75.000/mes de ingresos. Exclúyase aquí la cantidad cada vez más grande de estudiantes ex alumnos de colegio-privado-'pipi', que podrían recibir el doble o más, sino es que sus papás les regalaron el carro y el muy sobante año sabático cuando se graduaron del colegio.
¢95 por viaje son ¢190 por día que son ¢950 por semana que son unos ¢4100 por mes adicionales en transporte en autobús. Eso equivale a tres-cuatro almuerzos
-- exclúyase ir al Mall San Pedro --, como 4-6 cuadernos, o dos antologías, o un libro, o cuatro Olafos en Caccio's. Pero más que eso, representa un aumento del 5% del gasto... y la mesada seguirá siendo la misma por un año o más. Aunque 5% suene poco, en términos económicos un aumento de 5% así de golpe, literalmente de un día para el otro, no es normal ni natural ni tiene sentido económico. Los aumentos del gasto siempre, ¡siempre!, deben ser graduales.
Los aumentos tarifarios deben ser del orden del 5% a 10% anual para que logren calzar adecuadamente con el aumento general de los precios del consumidor, no del 30% -- y no crean que este sería el único aumento del año --. En el ambiente actual de tasas de interés y tipo de cambio a la baja, se espera una reducción de la tasa de crecimiento de los precios que, en buena teoría y aunque no sea tan buena, se traducirían en una mejoría de la prostituida inflación y del esquema de precios del país, incluídos los precios del pase del bus, todos estos indicadores que la UCR debería tomar en cuenta a la hora de asignar tarifas.
Si lo notan, los aumentos de las tarifas de buses públicos son de ese orden --5%-10% -- cada 12 a 18 meses, y a cambio del aumento se exigen -- actos de corrupción aparte -- pruebas de inversión en las unidades automotrices. Claramente la UCR, para la que sus estudiantes de a pie no son tan importantes -- pero sí tienen cerca de 6 oficiales de tránsito cuidando el parqué de vehículos particulares de los funcionarios de la U y los estudiantes de platilla --, no parece exigir estas pruebas de inversión. Los buses de Cruz, lean bien, los usó mi mamá cuando fue a la U. Pregúntenle a cualquier alajuelense en sus veintes, que haya tenido papá estudiante, y probablemente se los confirmará que el 'Valencia', bus icónico de esta empresa, fue el bus que ellos usaron casi a diario... y que todavía es usado por la empresa. No pocos amigos míos, con más de diez, quince años de viajar a la U, han utilizado las mismas 'latas' que yo y que probablemente las generaciones por venir utilizarán. ¿Inversión? ¿Cuál?
¿Dónde está encerrado el gato detrás de este usurero aumento? ¿Por qué no se le exige a estas empresas una inversión básica de mantenimiento y renovación de unidades? Lo peor, ¿por qué la representación estudiantil calla? Ante este abusivo aumento, he escuchado de no pocas voces y no pocas veces que el miedo a reclamar se explica por el miedo al retiro de la concesión transportista y por ende, a la no asignación de una nueva y la obligatoriedad de tomar el transporte público, aumentando de por sí el costo de viaje.
No reclamar no tiene sentido, ¿o se va a permitir la histórica aturusada por parte de Cruz Campos? Afortunadamente tomo sólo una vez a la semana este servicio, lo cual no me niega el derecho al berreo, pues sería como no poder opinar por el aumento de la gasolina sólo porque no trabajo en la bolsa neoyorquina, la ARESEP o RECOPE.
Yo sinceramente espero que se de el reclamo de parte de la representación estudiantil debidamente establecida. También espero que las tarifas de buses se corrijan a la baja porque el gran aumento del precio del combustible no ha sido tal. También espero que la concesión a Cruz Campos se retire por ineficiencia en inversión, porque ni que esto fuera Hong Kong o el Canal de Panamá para estar concesionado por años sin término. Los estudiantes universitarios merecen al menos un precio justo, y al menos buses en los cuales ir sentado y no poner en riesgo la vida... y la billetera.
Tomado de la dirección
http://ericjms.blogspot.com/2007/03/y-cruz-campos-nos-embolla.html
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